La fuerza de Coriolis - Experimento

 

Este experimento requiere de un pizarrón circular montado sobre un rulemán, que le permita girar, con una manija para girarlo. Si... es complicado conseguirlo, pero podemos probar simplemente con una hoja de papel, dibujar un circulo sobre ella y hacerla girar con la mano.

En la superficie del pizarrón o el papel, dibujamos dos cruces, una en el centro y otra en el borde. Estos puntos representarán nuestros puntos de partida (despegue) y llegada (aterrizaje). El camino más corto entre ambos puntos es la recta que los une.

Ahora veamos que pasa si intentamos ir del punto central al del borde siguiendo una línea recta, mientras giramos el pizarrón o el papel.

Vemos que mientras el pizarrón o el papel gira y nosotros intentamos unir los dos puntos con una recta, vamos dibujando una espiral y no una línea recta. Difícilmente terminemos en el punto de llegada propuesto.

Notá que el movimiento que hiciste con la tiza fue recto visto desde afuera del pizarrón (sistema NO rotante), pero para un observador en el pizarrón (sistema rotante) fue perfectamente curvo. Así un observador en el sistema rotante tiene la sensación de que hay una fuerza actuando sobre la tiza que desvía su movimiento. Pero dicha fuerza no existe como tal, sino que es sólo un curioso efecto de observar desde un sistema que rota.

Si intentas cambiar la velocidad de rotación del pizarrón o la velocidad a la que trazar la línea, verás que obtienes diferentes trayectorias.

Si ahora rotas el pizarrón en sentido opuesto, será equivalente a cambiar de hemisferio y por lo tanto la desviación será en sentido opuesto.

Los chicos siempre se divierten cuando hacemos este experimento!